Anna-Maria Totomanova: Bulgaria, gracias a la “dignidad sin par” de Cirilo y Metodio, cristianizó media Europa
Anna-Maria Kostova Totomanova es profesora de la Universidad de Sofía “San Clemente de Ohrid”, es una de las fundadoras del Departamento de Estudios sobre la Obra de Cirilo y Metodio y fue su directora (2011-2019). Es profesora titular de la asignatura de Historia de la Lengua Búlgara para los estudiantes de Filología Búlgara y Eslava, imparte varios cursos en los programas de Máster de Estudios Búlgaros Antiguos y Preservación del Patrimonio Cultural Búlgaro. Fue Profesora de lengua y literatura búlgaras en el Istituto Universitario Orientale de Nápoles (Italia) (1993-1994), profesora invitada en el Exzellenzcluster Topoi de Berlín (2014) y en la Universidad de Lodz (Polonia) (2017), académica de la Academia Ambrosiana (2016). Fue viceministra del Ministerio de Educación y Ciencia (1997-2000).
Detrás de esta tarjeta de visita nos encontramos con una personalidad multifacética y encantadora. Sus alumnos darían fe de ello. Recuerda incluso un día sábado de hace 42 años cuando examinó a la promoción 1980/1985 de Filología Búlgara. Y hoy, con sus antiguos y actuales alumnos “llenamos” una ciudad búlgara entera, bromea Totomanova. De estudiante quería ser crítica literaria, pero se enamoró de la lengua búlgara antigua. La razón, sus profesores: Petar Ilchev, el profesor asociado que impartía las clases, y Georgi Gerdzhikov, padre del actual rector del Alma Mater, prof. Anastas Gerdzhikov, quien estaba a cargo de los ejercicios. “El profesor Ilchev nos animaba a pensar, a analizar, a dudar y a convertirnos realmente en investigadores del lenguaje” recuerda Anna-Maria sus años de estudiante.
Especialmente para EuroCirilic, hablamos con la profesora Anna-Maria Totomanova sobre el documental “El camino de la luz” /„Пътят на светлината“/ y sobre la historia y el significado del cirílico.
Ella es protagonista del documental, iniciadora e impulsora del Programa nacional de investigación “Patrimonio cultural e histórico, memoria nacional y desarrollo social”. Antes de entrar en materia sobre la obra de Cirilo y Metodio, le pedimos que nos recuerde el motivo por el que el 30.12.1980 el Papa Juan Pablo II proclamó a los santos Cirilo y Metodio copatronos de Europa con el mensaje apostólico “Por una dignidad sin par”. “El Papa lo hizo no porque ellos crearan el alfabeto eslavo, sino porque a través de su lengua se cristianizó media Europa”, afirma categóricamente.
De todos modos, al principio fue el alfabeto
A los búlgaros se les ha inculcado desde la infancia el culto a los hermanos Cirilo y Metodio, a “Rodna rech, omaina, sladka” /”Lengua nativa, encantadora, dulce”/ y sus letras. El verano pasado, los niños de las escuelas dominicales de Madrid pintaron las letras búlgaras durante uno de los Talleres del Proyecto EuroCirilic. En Sofía, en la emblemática plaza Slaveykov, aparecieron bancos de mármol con forma de letras que representan los signos distintivos del alfabeto cirílico búlgaro. Antes de él, sin embargo, Constantino Cirilo creó el alfabeto glagolítico. Un sistema de signos complejo y a primera vista incomprensible para la mayoría de nosotros. “El alfabeto glagolítico – cuenta Totomanova – es una escritura extraordinariamente peculiar y misionera y, además, simbólica porque contiene los símbolos principales del cristianismo: una cruz, un triángulo y un círculo, los símbolos de la Trinidad. Es un instrumento a través del cual la lengua eslava búlgara se equipara al griego, una lengua con una larga historia literaria. Perfecto como sistema gráfico, cada sonido corresponde a una letra, especialmente en el caso de los sonidos típicamente eslavos, como las consonantes ts, ch, sht o las nasales, que faltan en el alfabeto griego. Paulatinamente, el alfabeto cirílico, ya creado en Bulgaria por los discípulos de Cirilo y Metodio en el siglo IX, iba sustituyendo al glagolítico. Sigue el modelo de su estructura: el orden de las letras del alfabeto glagolítico es idéntico en el alfabeto cirílico, pero la mayoría de las letras están tomadas del alfabeto griego y son mucho más fáciles de deletrear. Sin el alfabeto glagolítico no habría existido el alfabeto cirílico o habría aparecido en algún momento del siglo…
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Etiqueta:Bulgaria, cirílico, Cirilo y Metodio