Alexander Stoychev: “Cada niño es una semilla que debemos nutrir”
Es un contador de historias y posee el don de inventarlos. Toca el violín y canta, es educador musical, astrólogo y psicoterapeuta, profesor de paneuritmia. Siempre ha andado en busca del alma de las personas y se ha interesado por lo que ocurre en su interior. Y, sobre todo, ama el alma de los niños y niñas. Alexander Stoychev es uno de los profesores que más ha contribuido a la sistematización y al auge en Bulgaria de la Pedagogía del Sol, un método educativo basado en las enseñanzas del gran filósofo y pensador búlgaro Petar Danov. Alex es el fundador del centro “Sladko Medeno” (del búlgaro: Dulce Miel), donde cada día aprende de los más pequeños, mientras él mismo les enseña de una manera soleada. A finales del año pasado nos visitó en Madrid, especialmente con ocasión de las Jornadas EuroCirilic.
La colmena es acogedora, colorida y llena de amor
Si te asomaras a las ventanas del centro de educación infantil del barrio “Geo Milev” de Sofía, lo primero que verías es un gran sol, muchas abejas, flores, hierbas y niños sonrientes. Es un pequeño universo preparado para ellos con mucho amor por Alex y su equipo. “Todas las mañanas empezamos con música, es uno de los métodos universales de la Pedagogía del Sol porque crea las condiciones interiores necesarias para que el mensaje llegue al alma del niño o niña, para que brote la semilla de la bondad”, afirma. Los pequeños cantan, hacen ejercicios especiales: de movimiento, de respiración, con los dedos, así como ejercicios para transformar estados. Todo esto está entrelazado también con las actividades educativas. Alex cuenta cuentos, toca el violín, junto con Yana hacen ramos de hierbas medicinales, Svetla les prepara una merienda de frutas, Snezhi toca la flauta, los niños y niñas dibujan con Jacqueline, salen a pasear todos los días y observan la naturaleza ya que ella es la mejor maestra. Todos los elementos de la naturaleza – aire, luz, agua, alimentos…-, no son sólo herramientas para la vida, son la base de la Pedagogía del Sol. “Tenemos una palabra maravillosa en búlgaro: vazpitanie (“educación”). Viene del búlgaro antiguo y significa “alimentar, nutrir”, dice Alex, “¿y hay algo más valioso que nutrir la semilla en el alma de un niño? El agua da vida y cuando un niño o niña riega una flor marchita, en pocos minutos la ve revivir, renacer. Por eso no hay mejor maestra que la Naturaleza, ni mejor educador que el Sol, que entrega su luz por igual a todas partes” La astrología y su conocimiento ayudan al pedagogo musical para la educación del sol: para él resulta una ventana al alma infantil. En “Sladko Medeno” hay actividades en las que se utiliza la influencia de los planetas del sistema solar, a los niños les resulta muy interesante escuchar historias sobre los planetas, dibujarlos y están deseando asomarse a la rueda solar para averiguar qué planeta influye en la Tierra hoy, qué alimentos comer, de qué color vestir…
Todo comienza en la montaña de Rila
Hace años, en una de las reuniones en la montaña de Rila, un grupo de personas con ideas afines decidió crear una escuela en la que, a semejanza de Waldorf y Montessori, se enseñara de acuerdo con las reglas, principios y métodos dados por Petar Danov para la educación infantil. Alex recuerda aquella época en la que todos buscaban y compartían información sobre la base jurídica, cómo crear una escuela de este tipo, en qué principios fundamentar la educación. Entonces empezaron las reuniones en el Alma Mater, la Universidad de Sofía, en el despacho de una docente cercana a las ideas del Maestro. “Durante más de un año nos estuvimos reuniendo, había discusiones, debates sobre cómo crear una metodología, cómo estructurarla, qué principios extraer, en general, todo lo necesario para un sistema pedagógico”. Como cualquier trabajo “pionero”, la creación de la Pedagogía del Sol es todo un proceso. Tanto Alex como los demás colaboradores han contado con el apoyo de mucha gente, incluso han participado en un proyecto para que la Paneuritmia, este sistema único de danza, música y mensajes espirituales impartido por el Maestro y practicado hoy en todo el mundo, forme parte del proceso educativo en las escuelas búlgaras. Pero todo a su debido tiempo. Hoy, gracias a la formación que durante años Stoychev y otras personas afines llevan impartiendo en distintas partes del país, hay muchos profesores que en sus clases practican los principios de la Pedagogía del Sol. Sin embargo, todavía son pocos los centros educativos que han implantado plenamente el sistema de la Pedagogía del Sol, reconocido como método de enseñanza innovador por el Ministerio de Educación y Ciencia de Bulgaria.
Una mente luminosa, un corazón puro y una voluntad fuerte
Éste es el ideal de la Pedagogía del Sol. ¿Qué padre no quiere que su hijo sea feliz y tenga esta trinidad? Pero para educar en tales virtudes se necesita autoeducación y autoconocimiento, tanto en el padre como en el profesor. No es posible enseñar a un niño a tocar un instrumento si tú no puedes, ni enseñarle a hacer el bien si tú no lo haces, y tampoco amar el Universo si tú no lo amas. Para tener hijos felices es necesario conocerles, observarles y amarles. La Pedagogía del Sol es el sistema que se basa en la comprensión del ser humano como una unidad de mente, corazón y voluntad. “Tenemos que crear las condiciones externas e internas en cada niño y niña que les ayuden a desarrollar el maravilloso potencial que llevan dentro, todas las virtudes con las que vinieron aquí”, cree Alexander y no deja de crear, inspirar y formar a través de sus seminarios gratuitos a muchos padres, maestros, educadores, todos los adultos que quieren que nuestros hijos e hijas – el futuro – tengan una mente luminosa, un corazón puro y una voluntad fuerte, y que de esta forma el mundo sea un lugar más acogedor y bello para vivir.
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