En el templo del cirílico y la literatura búlgara
Las jornadas “EuroCirilic” en Sofía finalizaron el pasado mes de junio con una visita a la Biblioteca Nacional “Santos Cirilo y Metodio”, donde, de la mano de Maria Stefanova, directora de Relaciones Públicas, nos sumergimos en el mundo de la literatura búlgara. Este año se conmemora el 145 aniversario de la creación de este santuario cultural. En esta ocasión, nos adentramos en el mayor templo literario de Bulgaria.
Para empezar, el edificio por fuera, un señorial ejemplo arquitectónico, fue inaugurado oficialmente en 1953. Fue obra de los arquitectos Vasiliev y Tsolov cuya placa conmemorativa está colocada en la columna derecha, cerca de las escaleras. El lugar, el jardín entre la Asamblea Nacional y la Universidad de Sofía, fue elegido antes de 1944. Frente al edificio se encuentra un majestuoso monumento a los dos hermanos Cirilo y Metodio, quienes dieron el alfabeto a Bulgaria y al mundo eslavo oriental. Hoy en día, en cirílico escriben más de 250 millones de personas y es el alfabeto oficial en un total de 23 países de Europa y Asia.
Los rayos del sol reflejan las cúpulas doradas de la Catedral de Alexander Nevski que se alza majestuosamente en la cercanía. Iluminan el monumento y los rostros de Cirilo y Metodio y se dirigen a las ventanas de la biblioteca, que alberga 8,5 millones de documentos. Se ingresa al vestíbulo central de mármol como si se tratara de un escenario de teatro. Aquí los lectores hacen consultas, solicitan los libros y documentos que leerán.
La siguiente sala se llama “Historia del Libro”, un pequeño museo que atesora grandes exposiciones. También acoge una muestra temporal denominada “Caleidoscopio literario”. Cada mes se presentan los originales del fondo documental almacenado en la Biblioteca Nacional, los cuales se exhiben en una vitrina especial con un microclima que garantiza su adecuada conservación. La exposición permanente es impresionante, aquí nos encontramos con la historia misma de la cultura búlgara. Sin embargo, el recorrido comienza con una historia del conocimiento literario del mundo: se pueden apreciar ejemplares que presentan y explican la escritura pictográfica, los jeroglíficos egipcios, la escritura cuneiforme, la escritura fenicia, los alfabetos griego y latino. El énfasis principal recae en los sistemas gráficos de la literatura búlgara: el glagolítico y el cirílico. Uno de los manuscritos eslavos más antiguos conservados, el Apostolos de Enina (finales del siglo X-principios del siglo XI), contiene inscripciones glagolíticas manuscritas y es el primer monumento cultural búlgaro incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
En esta sala-museo también se puede seguir la historia de la imprenta. Hay un modelo de la primera Biblia de Gutenberg de 42 líneas y una réplica de la primera imprenta de tipos móviles del mundo en pleno funcionamiento. También despierta curiosidad la aparición de los primeros editores en Europa y, especialmente, de los primeros impresores búlgaros. Como un ejemplo apasionante de este período se expone el “Manual del Pez” (por llevar en su carátula el dibujo de un pez) del Doctor Petar Beron, primer libro de texto escrito en búlgaro moderno (año 1824), publicado y demandado en el país durante casi medio siglo. Entre los manuscritos exhibidos en la sala se encuentra también una copia de “Historia Eslavo-Búlgara” de Sofronio de Vratsa, 1765.
En el segundo piso de la Biblioteca Nacional se pueden admirar las reliquias de personalidades culturales e intelectuales de Bulgaria, así como rincones temáticos de diferentes países y bibliotecas nacionales de todo el mundo. Aquí se encuentran el escritorio y el retrato del poeta e intelectual Pencho Slaveikov, que también fue uno de los directores de la biblioteca, el traje del famoso cantante de ópera Boris Hristov en su papel de Boris Godunov y también un retrato del profesor Todor Borov, destacado bibliógrafo búlgaro.
El tiempo pasará volando en este templo literario donde se preservan magníficos ejemplos de la tradición cultural europea, de la cual forma parte la literatura búlgara. Y gracias a los recursos en línea facilitados por la Biblioteca Nacional en su página web, esta riqueza se puede apreciar a sólo un clic de distancia. Por ejemplo, la exposición virtual en homenaje al 24 de mayo de este año, el Día de los Santos Hermanos Cirilo y Metodio, del alfabeto, la educación y la cultura búlgaras y de la literatura eslava, presenta las imágenes de los santos hermanos Cirilo y Metodio en las colecciones gráfica y musical de la Biblioteca Nacional. ¡Que lа disfrutéis!
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